Dejar que el Señor transfigure nuestras vidas
Permitidme haceros una pregunta en este segundo domingo de Cuaresma. ¿Por qué habéis venido a esta iglesia esta mañana?
Para celebrar misa, evidentemente. Para oír la palabra del Señor y recibir su cuerpo, claro está. Quizá porque es domingo y hay que cumplir con su deber de cristiano, cómo Dios manda, muy bien.